miércoles, 13 de mayo de 2020

Táganan 2018 (Taganana) y Amethyst Realm (The Claypool Lennon Delirium) - Cap.42


El pasado año 2019 trajo consigo una serie de discos buenísimos, al menos en lo que a mi gusto respecta. Una añada excelente que se diría en el mundo del vino. En el capítulo anterior hablaba de la vuelta al hardcore noventero de Lagwagon, pero hoy vamos con algo totalmente diferente.

The Claypool Lennon Delirium es un proyecto nacido en 2016, fruto de un affair musical entre Les Claypool, bajista y voz de Primus y Sean Lennon, cantante de The Ghost of a Saber Tooth Tiger's e hijo del fallecido beatle, John Lennon (había que decirlo).

Este combo lanza en 2019 su segundo álbum, South of Reality. Pese a ser un proyecto paralelo de ambos, cosa que menudo acaba en proyectos mediocres para mera satisfacción de los autores, éste es, para mí, uno de los discos del año.



Los parecidos son evidentes e inevitables. La voz y el bajo de Claypool traen a la mente los temas más característicos de Primus, mientras que la voz de Lennon recuerda a la de su padre, e incluso algunas composiciones evocan a la época más psicodélica de The Beatles. Pero hay mucho más, a lo largo del disco se atisban apuntes de King Crimson o Pink Floyd, ojo, sin caer en burdas imitaciones. Hago los paralelismos para intentar describir un sonido que escuchándolo se explica por si solo.

Envínate, como los Beatles, también son cuatro y aunque lo suyo no es la música también podrían ser considerados rock stars en el mundillo del vino. Este grupo de viticultores elabora vinos buscando los viñedos más singulares de la geografía española. Este que nos atañe, en concreto, procede de uno de los parajes más recónditos de Tenerife. Taganana se encuentra en el extremo noroeste de la isla, tras los montes de Anaga. Estamos hablando de viñas de entre 50 y 150 años cultivadas en pendientes imposibles. Viticultura heroica, la llaman.

Este Táganan 2018, como nos tienen acostumbrados Roberto Santana y Envínate, está elaborado al estilo borgoñón, fermentando con parte del raspón en depósitos de hormigón y crianzas poco agresivas. Tiene un precio alrededor de los 16€ y es puro fresqueo, un tinto de solo 12º grados que se deja beber muy fácilmente y no con ello quiero decir que se trate de un vino simplón. Al contrario. Su balanceo entre fruta y mineralidad también es pura psicodelia. Fácil de beber sí, pero con un trasfondo muy complejo. Una gozada.


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