miércoles, 8 de julio de 2020

Leonor Palo Cortado (Jerez) y Mi Pena y Mi Suerte (Mafalda) - Cap.45

Si en el capítulo anterior hablamos de vinos festivos como son los Nat'Cool hoy damos un giro de 180 grados (de 180, ¿eh?, no de 360) y nos vamos con un vino que es prácticamente todo lo contrario.

Ya en el capítulo 7 disfrutamos de un gran Palo Cortado, pero hoy nos acercamos a una de las bodegas más emblemáticas del marco de Jerez, González Byass. Este "Leonor" se elabora con mosto yema de Palomino Fino y recibe una crianza media de 12 años en botas de roble americano mediante el sistema tradicional de criaderas y solera. El Palo Cortado en general tiene un espectro muy amplio que va desde los más finos donde la crianza biológica los acerca más al carácter de los finos y manzanillas y otros como éste, con un mayor periodo de crianza oxidativa que los acerca más los olorosos.

Por tanto, el resultado es un vino complejo, con mucho cuerpo y cuidado, unos 20 grados de alcohol. Si tienes un cuñado al que le guste el whisky pero no los vinos, hazle probar esto. Lo va a flipar. Pese a todo, ésto no es más que una primera impresión. A medida que se oxigena su robustez se va disipando y deja entrever finos aromas de cedro viejo, avellanas y piel de naranja. En boca es muy grueso, con un agradable hilo de acidez que recuerda al jengibre. Es regio pero a la vez delicado. Nunca he estado dentro del armario de una reina del siglo XIV, pero debe ser algo así.

Como no soy muy monárquico que digamos, sino más bien todo lo contrario, haremos un maridaje por contraste, para compensar.

Mafalda es una banda de música combativa surgida en Valencia en 2010. Su estilo, aunque autodenominado "reggaecore" va mucho más del reggae y el hardcore. En sus composiciones integran ska, metal, funk, rap y otros géneros. Pura fusión.

"Mi Pena y Mi Suerte" es el quinto corte de su cuatro y último álbum: "Palabras forman Caos", ideal para degustarlo junto al Palo Cortado Leonor y un buen queso Stilton. Que no se diga. ¿Perroflautas?, sí, pero con buen gusto.

Oigamos.









martes, 30 de junio de 2020

Viña Zorzal Nat Cool Graciano 2019 (Navarra) y Rua Na Selva (Nativa) - Cap.44

Hoy vamos a hablar de un nuevo "movimiento" que parece estar calando entre ciertos sectores del wineloverismo. Su creador Dirk Nieeport, lo ha llamado Nat'Cool, e invita a productores de otras zonas a sumarse a la fiesta.

Fiesta precisamente es lo que busca este concepto de vino, cuyo leitmotiv es el de hacer vinos tintos fáciles de beber, frescos, ligeros, con poca graduación, nada de madera y mínima intervención en bodega.  Fresqueo en estado puro hecho para beber sin complicarse la vida.

Y así es este Nat Cool de Viña Zorzal hecho a base de graciano, mucha fruta fresca y jolgorio en cada trago, ideal para acérrimos consumidores de tintos que quieran tostarse al "caloret" sin tener que pasarse al blanco o al rosado.

Ahora bien. Entiendo que en el Douro, donde nace esta movida, hacer vinos de este tipo supone un concepto revolucionario ya que están acostumbrados más bien a lo contrario, a vinos complejos con mucho cuerpo. Pero, ¿qué ocurre en zonas donde los vinos son de por sí frescos? ¿se puede rizar el rizo?. Un ejemplo de lo que hablo es el Suertes Cool de Suertés del Marqués (Valle de la Orotava), que tengo aún pendiente de catar. Veremos.

Disertaciones aparte, hay un elemento en los Nat'Cool que aún no he mencionado y que justifica su existencia. La botella de litro. ¿Cuántas veces nos hemos quedado cortos (o largos) con una botella de 75 cl. Estos Nat'Cool están hechos para compartir, para disfrutar la vida y no para estar contando centilitritos. ¡Ay, la botella de litro!

Y ya que estamos hablando de fresqueo, piscineo y veranito habrá que poner música acorde. Nativa es una escisión formada tras la disolución de La Raiz por algunos de sus miembros. Si Pablo Sanchez se ha ido al terreno cantautor intimista, Nativa han optado por el reggae y la música festiva. Es el caso de este "Rua Na Selva", que bien prodría amenizar cualquier fiesta ibicenca o terraza veraniega. Eso sí, las letras siguen siendo de las que molestan a algunos y hacen pensar a otros.

Música para mover el pie, fresqueo y botellas de litro. ¿Qué más se puede pedir?

¡Vivan las LitroNats!



jueves, 4 de junio de 2020

Ambora Paraje San Ignacio 2018 (Tacoronte Acentejo) y Let Us Hear your Voice (Pennywise) - Cap.43

El último capítulo lo dejamos en el nordeste y Tenerife y por aquí seguimos. Hoy nos vamos muy cerca de allí, al valle de Tegueste para conocer una de las que para mi es una de las revelaciones en materia de vinos insulares, Paraje San ignacio de Ambora.

El valle de Tegueste se encuentra ubicado muy cerca de Taganana, pero se trata de una cercanía relativa ya que están separados por el Macizo de Anaga. Esta zona está amparada por la Denominación de Origen Tacoronte Acentejo, pero es una de las subzonas más diferenciadas dentro de la DO, hasta el punto de que podría ser una DO autónoma. Pero ésto que quede como una opinión subjetiva y personal en cuanto al estilo de sus vinos, que no está el horno de las denominaciones canarias como para para meterle más bollos.

El vino de hoy es una rareza de las que me encantan. Si en el capítulo anterior hablábamos de que los vinos de Envínate son conocidos mundialmente, Ambora es toda un revelación que apenas comienza a darse a conocer entre el wineloverismo local, pese a llevar ya cuatro generaciones elaborando vinos. El joven Felipe Hernández González tras formarse en Loire (Francia) toma el relevo de esta bodega familiar para dar un gran salto de calidad, eso sí, respetando las variedades de uva autóctonas y los métodos de elaboración tradicionales, muy en la línea de los vinos de Envínate. (Ya sé que las comparaciones son odiosas, pero no se me ocurre mejor forma de hilar y explicar el estilo de elaboración)

Había probado su vidueño joven y me había parecido un buen vino, pero este Paraje San Ignacio 2018 es sin duda un primera división. Está fermentado en lagar abierto con Listán Negro, Negramoll y un pequeño añadido de uvas blancas (Listán, Marmajuelo y Vijariego) que le aportan una frescura extra a un estilo de tinto que ya de por si la tiene. 9 meses en barricas usadas redondean el resultado sin tapar ninguno de sus atributos. Es Tegueste a tope.

Habrá que ver como evoluciona con el paso de los años, pero de entrada apunta muy bien. Por los 15€ (aprox.) que cuesta vale la pena hacerse con un buen arsenal para verlo madurar. Y por otro lado habrá que atender a las próximas salidas al mercado de esta bodega, para comprobar si esta maravilla es algo más que un destello fugaz. Apuesto a que sí.

Ya que estamos con un rareza vinícola vamos a maridarlo con otra pieza musical que se sale un poco  de lo predecible. Pennywise son toda una leyenda del punk californiano, surgidos en medio de esa ola que lanzó a fama a bandas como Bad ReligionNofx o The Offspring.

Sin embargo el tema de hoy forma parte de "All or nothing" un disco marcado en rojo en su discografía, hasta tal punto de que ni siquiera aparece en el listado de su web oficial. El motivo es que en 2009 Jim Lindberg, su cantante de toda la vida deja la banda y es sustituido por Zoltán Téglás, lider del grupo de hardcore Ignite para grabar este trabajo en 2010.


Se puede sustituir a un bajista, a un guitarrista, o a un bajista y se nota, porque cada músico tiene su estilo, pero con un cantante la cosa se agrava, especialmente en este género donde la base musical es muy similar en todas las bandas y las voces suelen marcar la diferencia. All or nothing no suena a Pennywise y mucho menos a Ignite.

Dicho lo cual, esto no debería tomarse en sentido negativo, salvo que uno sea fan acérrimo e irracional de Pennywise. El disco está muy bien, y esta canción, "Let us here your voice"es todo un himno para una banda que es abanderada de una corriente (que no género) llamada skate-punk. Dan ganas de salir a patinar las calles. La letra es todo un alegato libertario, un puñetazo en la mesa que viene al pelo en estos días tan extraños.

Por cierto, spoiler, Jim Lindberg volvió a la banda y editaron en 2018 otro discazo. Ya hablaremos.


miércoles, 13 de mayo de 2020

Táganan 2018 (Taganana) y Amethyst Realm (The Claypool Lennon Delirium) - Cap.42


El pasado año 2019 trajo consigo una serie de discos buenísimos, al menos en lo que a mi gusto respecta. Una añada excelente que se diría en el mundo del vino. En el capítulo anterior hablaba de la vuelta al hardcore noventero de Lagwagon, pero hoy vamos con algo totalmente diferente.

The Claypool Lennon Delirium es un proyecto nacido en 2016, fruto de un affair musical entre Les Claypool, bajista y voz de Primus y Sean Lennon, cantante de The Ghost of a Saber Tooth Tiger's e hijo del fallecido beatle, John Lennon (había que decirlo).

Este combo lanza en 2019 su segundo álbum, South of Reality. Pese a ser un proyecto paralelo de ambos, cosa que menudo acaba en proyectos mediocres para mera satisfacción de los autores, éste es, para mí, uno de los discos del año.



Los parecidos son evidentes e inevitables. La voz y el bajo de Claypool traen a la mente los temas más característicos de Primus, mientras que la voz de Lennon recuerda a la de su padre, e incluso algunas composiciones evocan a la época más psicodélica de The Beatles. Pero hay mucho más, a lo largo del disco se atisban apuntes de King Crimson o Pink Floyd, ojo, sin caer en burdas imitaciones. Hago los paralelismos para intentar describir un sonido que escuchándolo se explica por si solo.

Envínate, como los Beatles, también son cuatro y aunque lo suyo no es la música también podrían ser considerados rock stars en el mundillo del vino. Este grupo de viticultores elabora vinos buscando los viñedos más singulares de la geografía española. Este que nos atañe, en concreto, procede de uno de los parajes más recónditos de Tenerife. Taganana se encuentra en el extremo noroeste de la isla, tras los montes de Anaga. Estamos hablando de viñas de entre 50 y 150 años cultivadas en pendientes imposibles. Viticultura heroica, la llaman.

Este Táganan 2018, como nos tienen acostumbrados Roberto Santana y Envínate, está elaborado al estilo borgoñón, fermentando con parte del raspón en depósitos de hormigón y crianzas poco agresivas. Tiene un precio alrededor de los 16€ y es puro fresqueo, un tinto de solo 12º grados que se deja beber muy fácilmente y no con ello quiero decir que se trate de un vino simplón. Al contrario. Su balanceo entre fruta y mineralidad también es pura psicodelia. Fácil de beber sí, pero con un trasfondo muy complejo. Una gozada.


lunes, 4 de mayo de 2020

Xérico 2017 (Rioja Alavesa) y Surviving California (Lagwagon) - Cap.41

En Rioja Alavesa lo dejé, hace más de un año y con Rioja Alavesa vuelvo, en este caso con Xérico 2017, de Bodegas Tentenublo. La cuarentena, que ya va siendo cincuentena, me ha dado por ahí. Lo había dejado por falta de tiempo y ahora vuelvo por exceso, por eso y porque he podido catar cosas nuevas, así como de descubrir temazos que me apetece compartir.

Al lío.

Justo después del parón me había quedado con ganas de comentar la añada 2016 de este vino, pero acabo de catar la 2017 y aunque un pelín diferente también está muy bueno. Parecen estar volviendo ponerse "de moda" este estilo de vinos agrestes, hechos a la antigua usanza, con mucho trabajo en viña e intentado maquillar el resultado lo menos posible en bodega. Bien por ellos, a mí me encantan.

Este "vino de aldea", de Viñaspre, tiene el cuerpo que se espera de un tempranillo alavés, con taninos bien presentes, pero a su vez es muy fresco. Supongo que el porcentaje que lleva de uva blanca (viura) ayuda a enaltecer la acidez. Tiene el carácter y la seriedad de Rioja pero también es vibrante. Es como el punk de de Lagwagon, hardcore sí, pero melódico. En momentos me ha traído recuerdos de Chianti. Espero que no se enfaden en Viñaspre, es sólo una sensación, ya sé que las comparaciones son odiosas. Que hablen los expertos.

La etiqueta merece una mención aparte, es una auténtica obra de arte y cada año homenajea a un miembro de la familia de Roberto Oliván, enólogo y propietario de esta joven bodega. Por menos de 15€ podremos disfrutar este vinazo e incluso coleccionar sus etiquetas. Además estaremos colaborando con la viticultura ecológica y sostenible y podremos irnos a dormir con la conciencia tranquila y el bolsillo indoloro.


En lo músical, Lagwagon hacen hardcore melódico, subgénero del punk desarrollado por Bad Religion a finales de los 80, Superponiendo melodía sobre la velocidad y potencia del hardcore punk. Siempre han estado a la sombra de bandas como Nofx, Offspring o los propios Bad Religion, pero es un grupo al que merece prestar atención, pues aún estando en segunda fila tienen mucha clase.

Este temazo, Surviving California, se incluye en Railer su último álbum publicado el pasado 2019. Esta canción y gran parte del álbum recuperan el sonido más potente de una banda que desde sus inicios a principios de los 90 siempre había coqueteado más con el punk-pop al estilo Green Day que con la rama más dura del género. Buena culpa de esto la tiene Joe Raposo, bajista que sustituyó a Jesse Buglione en 2010. Raposo es todo un mercenario del punk californiano, ha tocado para bandas como Mad Caddies, RKL, The Real McKenzies o Dwarves y su impronta está muy presente en este disco.

La letra habla de la cara oculta de California, la que no luce sus cuerpos en la playa, la que sobrevive durmiendo a la intemperie mientras las estrellas de rostros dorados se pasean por sus alfombras rojas, dando la espalda a sus propias contracciones.





viernes, 7 de septiembre de 2018

Gaubela 2015 (Rioja Alavesa) y Entre Poetas y Presos (La Raíz) - Cap.40

En materia de vinos, como en todo, uno tiene sus gustos. Sin embargo me cuesta mucho hablar de un vino, o vinos, favoritos. Lo bonito de ésto es que siempre quedan cosas nuevas por probar, es imposible haberlo catado todo y si así fuese, tranquilos, que cada año se renueva el repertorio.

Por el mismo motivo creo que hablar de "el vino perfecto" es tontería. Pero aún siendo consciente de que el vino perfecto no existe, Gaubela, sin serlo, lo parece. Este vinazo de Bodegas Laukote no cautiva con estridencias, no te hace vibrar, ni te va a sorprender por su originalidad, pero es casi perfecto. 

Gaubela debería aparecer en las enciclopedias como ejemplo de Tempranillo de los buenos. Pero más allá de su identidad lo que lo hace grande es su equilibrio. Carece, como decía, de estridencias, de aristas, o cualquier detalle que rompa su perfecta armonía. Es un vino con cuerpo, pero al mismo tiempo suave, elegante, solemne. Es puro zen. 

No se aprecia en Gaubela ni un ápice de esa exuberancia que se desata en Borg, otra de las elaboraciones de Bodegas Laukote, que ya reseñamos en este blog. Al contrario, en éste todo es paz y armonía, como la dulce calma después de la tormenta. Una calma que quizás viene dada por su elaboración. Después de fermentar durante 12 días, la uva se pisa en el depósito y se recoge el sangrado gota a gota durante la noche.
 

Esta añada 2015 quedará en mi registro personal como uno de los mejores vinos que he bebido jamás. Ahora, bien, lo bonito, como decía al principio es que quedan muchas añadas por probar en el horizonte.

Por el contrario, en lo musical, el horizonte se estrecha para "catar" a La Raíz en directo. Este combo valenciano ha anunciado su retirada tras la gira actual. El 17 de Noviembre será la última oportunidad para disfrutar de su espectáculo en Valencia. Al menos de momento, pues tampoco han asegurado que se trate de una despedida definitiva.

La Raíz marida a la perfección con Gaubela, placer y hedonismo a raudales y autores que en ambos casos que son grandes narradores de historias de tormentas pasadas. 


"Entre poetas y presos" es el temazo que da nombre y abre el último álbum de estudio de La Raíz.

jueves, 5 de julio de 2018

Opta 2014 (Pago Calzadilla) y Dig That Groove Baby (Toy Dolls) - Cap.39

Pues tenía ya casi medio texto escrito y al final me he terminado arrepintiendo. Había comenzado a hablar de Gran Calzadilla 2008, un tempranillo con cabernet sauvignon elaborado por Uribes Madero en su Pago Calzadilla (Cuenca).  

Había empezado a hablar de éste porque es uno de esos vinazos, bien hechos, serios, que podrías regalar a tu suegro, el que acostumbra beber Pintia y Vega Sicilia y quedar bien.

Pero es que resulta que a mí el que me cautivó realmente fue su "gama baja". Entrecomillo porque hablar de gama baja aquí es tontería. Es el más barato de la casa, unos 10€ y sin embargo es vinazo. En este Opta 2014 el tempranillo va acompañado de garnacha y syrah, resultado un vino más jovial y vibrante que su hermano mayor. Muy frutal y pese a su calidez, se hace agradable de beber incluso en verano. Ideal para aquellos que le dan, sí o sí, al tinto con cuerpo aunque estén en una terraza en Sevilla en agosto.


Así que no se me ocurre otro maridaje sonoro que este "Dig That Groove Baby" un temazo de Toy Dolls de 1983 que da nombre a su primer álbum. Todo un grupo de culto. Punk Rock vibrante, divertido, rozando la parodia, alejado de la seriedad, rabia y mala leche habitual del género. Tres minutos frenéticos que parecen simples, pero que esconden, entre líneas, una complejidad inesperada en este tipo de bandas.


Si te gustan grupos como NOFX o Mamá Ladilla seguro que ya los conoces y si no... ¡dale al play!